Artículo redactado por Luis Castel Aznar, director de contratación de Electrotecnia Monrabal.
En este artículo, complementario del artículo anterior “Bajas desproporcionadas y moderación de ofertas” pretendemos poner de manifiesto la relación existente entre el objetivo económico de una empresa en un determinado ejercicio y las necesidades de producción y contratación en función de los márgenes reales que se alcancen realmente. Todo ello, con el objeto de poner de manifiesto algunas consecuencias negativas de realizar ofertas irresponsables.
En un ejercicio determinado, el objetivo de margen que una empresa necesita obtener constituye el objetivo empresarial a superar. Para ese objetivo fijado, La empresa debe dimensionar sus recursos y planificar su estrategia de contratación y producción.
El fin empresarial quedará cumplido, cuando el margen real que obtenga en el ejercicio en cuestión, sea suficiente para pagar los gastos generales o de funcionamiento y el beneficio de la empresa.
En consecuencia, dichos gastos junto con el beneficio esperado son los que establecen las necesidades de producción de empresa en cada ejercicio y por tanto las de contratación, que deberán ser mayores ya que siempre existe un desfase entre cartera y producción.
Por ejemplo, si una empresa constructora o de mantenimiento se fija un objetivo de obtener un margen bruto al año de 1.000.000 €, (800.000 € para pagar los gastos generales o de funcionamiento y 200.000 € de beneficio), necesitará producir en el año 10.000.000 € con un 10% de margen bruto, o bien si el margen de producción esperado es del 5% entonces necesitará producir 20.000.000 €, en el caso de reducirse este margen al 2% por ejemplo, la empresa necesitaría producir 50.000.000 € en el ejercicio para obtener el mismo margen bruto. Vemos pues que, según cuál sea el margen bruto real de producción obtenido, la producción necesaria para obtener la misma cuantía de margen objetivo varía y por tanto la necesidad de contratación.
En la tabla siguiente se puede observar cómo crece exponencialmente la necesidad de producción en una empresa, a medida que el margen que obtiene de su actividad disminuye manteniendo constante la necesidad fijada de obtener como mínimo 1.000.000 €. Por esta razón, cuanto menor sea el beneficio que se obtenga de la actividad de la empresa, mayor será la necesidad de producción y por tanto de contratación de la empresa.
Tabla 1. Ejemplo de producción necesaria para obtener un margen objetivo de 1.000.000 € según el tipo de margen de producción real que se alcance y visualización gráfica
Este efecto, unido a la escasez de oferta de contratos, trae como consecuencia que las empresas cada vez realicen mayores bajas, cayendo en ofertas sin margen o con margen negativo. Cuanta mayor baja se realice y más irresponsable sea, menor beneficio se obtiene y en consecuencia mayor producción es necesaria para cubrir objetivos y, por tanto, más cartera se necesita contratar. En el límite de esta espiral se obtiene que si no se gana dinero resulta necesario contratar toda la oferta del mercado de forma inútil.
Por tanto, veo necesario una reflexión profunda sobre nuestro sistema de contratación y sobre nuestras prácticas y hábitos con el objeto que el sector de empresas que nos dedicamos a la contratación pública de obras y servicios racionalicemos las ofertas que presentamos al sector público.
En el próximo artículo realizaremos una pequeña crítica constructiva del sistema de contratación pública en España, aportando ideas y propuestas que puedan generar una mejora global del sistema.